domingo, 21 de marzo de 2010

Figuritas repetidas y figuritas imposibles

Todo está bastante bien, aunque aburrido. Me suena a que así va a seguir por un tiempo y me pone de mal humor. Ayer a la noche fui al teatro con Jazmín, Ceci y Cami. La obra estuvo buena, y después las acompañé a la parada que se iban todas a lo de Ceci. Me recriminaron que no fui, miles de veces, y temo que después me hayan criticado por eso. Aunque pienso un poco y me doy cuenta de que eso pasaba con las Superflúas, que las Pizzabirrayfaso son diferentes.

En ese rato desde que salimos del teatro y fuimos a su parada la pasé bárbaro. Me gusta mucho hablar con ellas, me gusta cómo son. A Ceci ya la conozco muchísimo, y a Cami y Jaz las estoy conociendo cada vez más internamente. Creo que me quieren y ya me van haciendo sentir parte de todo eso. Antes de ir para el teatro Ceci me dijo "dale, quedate a dormir en casa, que nunca estamos las cinco" (porque iba a ir Marina también). Me impresionó un poco. Hace un par de meses decir "las cinco" hubiera hecho referencia a las Superflúas.

Sin embargo, no fui a lo de Ce. Fui a una fiesta que al final no entré, después me fui con otras personas y terminé entrando sola a una fiesta acá a una cuadra de casa. Pasé caminando, me gritaron del balcón, yo estaba más deprimida que ateo en navidad, llegué hasta la puerta de casa, pensé que tenía ganas de ir, pero mamá y papá habían salido a llevar a Candela al aeropuerto. Entonces me di cuenta que no podía arriesgarme. Pero me dije: si están los tres autos, voy. Uno, dos... ¿Es ese? Sí. Listo. Pegué media vuelta y fui.

No fue nada en particular, tenían todos alrededor de veinticinco años y yo tengo quince, no me reten, seguramente no tengo que hacer ese tipo de cosas, pero nunca en la vida hubo una fiesta a una cuadra de casa, y no es que vivo en Palermo que eso se da todos los días. Estuve un rato y me fui. Mi noche había tomado otro tipo de color. Porque hasta ese momento era aburrida y todo había salido mal, y ni siquiera es de esas noches que viviste cosas graciosas aunque fastidiosas y negativas. Entonces ahora me quedó el recuerdo de algo turbio y gracioso. Soy una inconsciente, hola, sí, mucho gusto. Pero bueno.

Estoy muy aburrida y siento que mis días ahora se van a caracterizar por eso. Estuve estudiando, ya no aguanto más, estudié tres páginas de una guía de historia, y aunque lo tengo hiper entendido, no creo tenerlo memorizado. Seguiré estudiando mañana.

Por otro lado, hoy fuimos a un criadero de perros con papá, mamá y Ludmila. Teníamos una perra, la que tuve toda mi vida, y se murió en diciembre, así que desde ahí que estábamos pensando en tener otro. Ya señamos, falta que tenga los 45 días de vida y se viene para casa. Eso me tiene bastante bien. Es un cambio necesario, una renovación de vibra en casa. Aunque me va a estresar un poco el hecho de educarlo y eso, supongo que será una nueva fuente de cariño.

Esta entrada está llena de temas inconclusos pero quiero contar otra cosa más. Me di cuenta que estoy angustiadísima y que necesito amor. Así, muy a lo all you need is love, estoy segura que es así. Si prefiero salir antes que estar en una casa con amigas no es por nada más que porque estoy buscando un chico. Pero no un chape, no es eso lo que me importa, eso no me llena. Estoy buscando que me quieran y aprender a querer. Que me enseñen, que me cuiden, que me traten como merezco.

Dicen que esas cosas cuando menos las buscás es cuando aparecen. Pero no puedo evitar tratar de buscar situaciones raras. Por ejemplo, en esa fiesta, yo soñaba flechar amor. O caminando sola por la calle, o en el colectivo, o en los momentos menos esperados. Necesito poder poner una canción de amor y llorar un poco. A veces esa necesidad es tan intensa que me pongo a pensar en Ulises, ese gil que lo conozco hace tan poco y me miento cuando me digo que lo quiero y que va más allá que una histeria. Cuando lo elimino como posibilidad, me doy cuenta de que no puedo, porque no tengo en quién pensar, no tengo a quién extrañar. Estoy deprimida y angustiada. Nadie me entiende y tampoco pretendo que lo hagan.

Sean felices, amen, aprovechen cuando las emociones coinciden, muchos nos gustaría poder estar en su lugar. Ok, ahí vienen con la típica "relajate, tenés quince años". Bueno, tengo quince años pero necesito amor! ¿Hay alguna edad estipulada para necesitarlo? Igual es todo mi culpa. O de mi inconsciente que en el fondo quiere estar solo. Porque apenas ese que tanto me gusta me da bola, después de ese beso, esa emoción que me tiene loca tiende a desaparecer. Estoy esperando la excepción que confirme la regla.