jueves, 7 de octubre de 2010

No perseveres y triunfarás

No me morí... Estoy acá, pisando la tierra, neutra otra vez. Quizás dejé de escribir por un tiempo porque estuve algo alborotada, aunque en el momento me sentía aburrida y sin sucesos. Y ahora que realmente todo se neutralizó un poco (solo un poco) paso a relatar distintas cosas que me pasaron, aunque seguramente a nadie le importe y nadie siga ésto.

Lo de Nicolás ya es demasiado lejano para mí. Salimos, hablé mucho y muy rápido, no estuve tan nerviosa, pero FUE SALIR CONMIGO MISMA Y NO CON ÉL. Fue superarme. Pensarán que soy bastante pendeja y seguramente tengan razón. Pero no me animaba, tenía miedo, no sabía cómo ser y lo hice. Nos dimos uno o dos besos, sin embargo no me movilizaron, no tuvimos química. Estoy segura de que a él tampoco le pasó nada. Porque, no les miento cuando les digo que jamás nos volvimos a hablar. Ni un mensaje, ni un "hola" por msn. Me resulta divertido que los dos hayamos comprendido tan bien el mensaje, que los dos nos hayamos dado cuenta de que está todo bien pero parece que no tenemos piel.

Si sólo fuera eso lo que tuviera que contar, estaría deprimida. Tengo otra cosa. Más jugosa. Impensada para mí si releo las entradas anteriores que hablan sobre él. ¡Sí! Ulises.

El tiempo pasó y las cosas siguieron neutras. Me olvidé de él. En la última entrada sobre él, hablo de que maquiné mucho, sin embargo eso, con el tiempo, desapareció. Salí mucho, me emborraché, bailé, dejé de regalar besos, no tuve nada realmente fuerte. Ni un sentimiento, ni un chico. Sólo salí un par de veces con uno -conociéndome, y para los que me leen, eso es un crecimiento bastante importante para mí-, pero al fin y al cabo me terminé aburriendo, me di cuenta de que no me hacía sentir nada y lo mandé a volar.

Les contaba (perdón que me voy tanto por las ramas), que no supe nada más de Ulises por un largo tiempo. Sí, a veces miraba su muro, maldecía a todas las chicas que firmaban, y a él también, sin embargo ya sin sentir. Sin estar pendiente. Era algo perdido, totalmente perdido. Aunque jamás se me había apagado la ilusión de ese beso que tanto esperé por mucho tiempo. Un viernes, que había decidido no salir y quedarme durmiendo, me enteré que él iba a bailar al lugar de todos mis viernes. Y yo justo ese viernes no pensaba salir.

Entonces, como nunca había tenido una oportunidad tan nocturna, tan posible, tan factible, cambié mis planes y fui. Sólo por él. Una polleruda. Tan, tan polleruda, que para ir hablé con Caro, una de las superflúas. Con la que me llevo mejor pero no somos amigas, aunque si salimos la paso bien y de todas formas la quiero (eso es otro tema). Llegué borracha a Rack!, el boliche. Tenía tantas ganas de hacer pis cuando entré, que me mandé al baño de hombres, porque el de mujeres estaba lleno. Cuando estoy entrando en el cubículo donde está el inodoro particularmente, me empiezan a gritar desde la otra parte del baño, donde están los labatorios y eso. Ulises y todos sus amigos. Justo en el baño estaban, y en ese momento.

Después de hacer pis salí. Lo miré. Los saludé. En el baño de hombres (bizarro!). Uli me agarró y me llevó para afuera del baño. Y me dio un beso. Me lo dejé dar. Traté de hacerme la difícil, pero no pude. Tanto tiempo esperando ese momento y ahí estaba. Dándole besos. Sintiendo sus labios en los míos. Agarrándolo del cuello, tratando de eternizar ese momento, tratando de, a pesar de mi estado de ebriedad, decirme a mí misma "estás con Ulises". Tuve flashes que recuerdo hasta en este mismo momento, más de un mes después de aquella noche. Pensé en esas veces que di besos a otras personas y cerraba los ojos y pensaba que era Ulises. Y ahí estaba, sí, con el Ulises verdadero.

Así que, cerré los ojos y le di el beso más esperado de toda mi vida. De a ratitos abría los ojos. Sí, era Uli, esa vez era real. En el medio, interrumpió Malena. Nos miró, nos dijo: "¡Chicos! Yo sabía que ésto iba a pasar". Y se fue. Seguimos dándonos besos. Yo era totalmente feliz. Estaba en el cielo.

Sin embargo, un rato después y en los siguientes viernes, todo se fue al carajo.

jueves, 22 de julio de 2010

Tiempo de cambio

Y aunque realmente les resulte muy raro, y es lo único que les voy a decir, ahora me meto a bañar y después me tomo cinco millones de colectivos porque salgo con Nicolás.

lunes, 5 de julio de 2010

Hasta que me duelan los brazos

Si no escribo es porque no me pasan cosas significantes y porque me aburro mucho. Y estoy rogando por un poco de acción. Por un poco de sentimientos. Yo, la histérica de siempre, estoy llena de ganas de salir con alguien, de dar besos con un poquito de amor al menos, de que me abracen porque me quieren y de que me miren con dulzura.

Si no cuento sobre chicos anteriores es porque nada pasó o porque es totalmente insignificante. Odio la monotonía de esto, de que sea siempre lo mismo, plantear un chico y nada más, porque no pasó absolutamente nada más.

El punto es que éste último tiempo me plantee que me gustaban tres chicos. Chicos con los que realmente me gustaría salir. Con los que la histeria no jugaría, con los que pienso que puede existir afecto, un futuro, y un lindo, lindo presente; que siempre dije, me parece lo más importante.

Ellos son: Fernando, Ulises y Nicolás. Sobre Fernando escribí sólo una vez y es, tal vez, un tema platónico, pero realmente saldría con él y toda esta previa de tanto soñar hizo que me guste todavía más. Sobre Ulises los aburrí, realmente, de tanto que dije. Haciendo click en su fucking nombre van a poder entrar a la primer entrada que escribí sobre él, pero en la etiqueta "Ulises" están todas ellas.

Y sobre Nicolás no hablé jamás y voy a hablar ahora. Repito: mi falta de relaciones amorosas me lleva a contar como situaciones de este estilo "importantes" o "relevantes" a las que son cualquiera. No se me rían por favor.

"Todo empezó una noche de calor", dice Airbag, y yo agregaría "en lo de mi prima y atrás de una computadora". Nico es el hermano de un chico que conocí en las vacaciones 08-09 en Pinamar. Chamuyo va, chamuyo viene, empezamos a hablar de cosas interesantes, perdemos el filtro, rozamos la ternura, y las horas seguían pasando. A las cinco decido dormir. Pero me quedé pensando que me gustaría verlo. Entonces al día siguiente, arreglamos para salir.

Pasaron un par de días y llegó el día que saldríamos. Encontré la excusa perfecta y lo cancelé. Así una o dos veces más. Nico se hartó de mí, pero de todas maneras seguía hablándome. Tiene diecinueve años, pero es realmente demasiado bueno. Demasiado. Vamos a ver qué tanto me afecta eso en este momento, aunque genere sorpresa.

Esto que voy a contar me lo hizo acordar él hace un par de días. Parece que en el verano, mientras veraneábamos ambos en Pinamar 2010, él me mandaba mensajes para vernos y yo me negaba rotundamente, haciéndome la difícil, la capa, la superada. Según lo que me contó, me llamaba todos los días y yo jamás lo atendía. ¿Puede ser que me haya olvidado tanto de algo...? ¿Olvido selectivo?

El punto es que de repente nos hallamos en junio del 2010. Nada más pasó en el medio. Empezamos a hablar de vuelta, de repente me encontré con muchas ganas de verlo, más allá de ver sus fotos y darme cuenta de que no se asemeja al estereotipo de chico que suele atraerme. Tengo ganas de darle la mano, de darle un beso, de que vayamos a pasear, de que veamos una película juntos.

Sin embargo, él ahora me pone un freno. Ni siquiera tengo que tirarle una indirecta de vernos como para darme cuenta que está antipático. Y los dos somos sumamente transparentes, a él no le cuesta nada explicarme la razón de todo esto. Está saliendo con una chica. Y ya más de una vez me manifestó que tuvo una época negra en su vida en la que se cagaba en todos y ya no quiere más eso.

Entonces, qué tengo que hacer yo? Tengo ganas de sentir! Y siento que Nico me puede hacer sentir. Por ende estoy dispuesta a verlo, aunque sea amistosamente. Mejor, sería sin presiones; de esas que me hacen temer tanto. Además sería divertido eso de: a los dos nos pasa algo pero no podemos nada. Muy divertido, y generaría adrenalina.

Estos pensamientos me llevaron a que no me cueste nada proponerle puntualmente de salir. Sí, a mí, a Vilmita. Me dijo un "vemos..." o algo así. Quedó en nada. Hoy le hablé de vuelta y la conversación fue tristísima. Nada va a lograr que yo no la ponga acá.

Vilma dice: hola.
Vilma dice: ey.
Nico dice: hola. ¿Cómo va?
Vilma dice: bien, vos?
Vilma dice: ey, qué onda. Me fastidia.
Nico dice: no te quiero ilusionar al pedo.
Vilma dice: no me ilusionás con nada.
Nico dice: bueno.
Vilma dice: me molesta.Te lo dije? Te lo digo de vuelta. Me molesta.
Nico dice: qué te molesta?
Vilma dice: no sé, todo. Te hablo y sos super ortiva. Y aunque no creas yo quiero verte amistosamente. Sé que estás saliendo con una piba y bla, bla, bla.
Nico dice: en las charlas siento y seguramente vos tambien, que hay un tiroteo entrelineas que es hermoso, y a mi tambien me gusta, pero no me gusta la parte en que por ahi (segun mi imaginacion, por ahi es un flash solamente) te creo una ilusión de que podemos salir o algo así, porque después me tengo que hacer cargo por "no ir al frente" y soy el malo de la historia.
Vilma dice: no es un flash tuyo, pero no sé, algo hace que me den ganas de verte aún sabiendo que estás en otra.
Vilma dice: ey, mandame a cagar y listo.
Nico dice: no, pero ahora no puede ser.
Vilma dice: sólo quiero verte.
Nico dice: no es eso, no es así. Verme es la primera parte, vamos a pegar onda si nos vemos, estoy completamente seguro. Y después? Cómo te pongo el freno sin lastimarte? Sin matarte la ilusión.
Vilma dice: lo del freno se va viendo.
Nico dice: bueno, no. Yo así no puedo.
Vilma dice: bueno. Fucking destiempo. No sé, sé feliz. Chaucito.
Nico dice: beso.
Vilma dice: arrepiento mi "chaucito" simpático porque estoy sumamente fastidiada.
Nico dice: dale.
Vilma dice: lo último que te quiero decir es que no entendía muy bien cómo si estás tan seguro de que podés llegar a sentir algo, lo dejás pasar. Pero ahora ya entiendo. Yo no quiero ser capaz de dejar pasar una situación así porque jamás sentí nada, y al parecer, y por lo que me contás, vos sí, así que se entiende. No te molesto más. Besos, que estés bien.

Y ahora sí que se fue todo al carajo. Y, una vez más, lo que podía llegar a ser, NO FUE.

La conversación se fue alargando a medida que lo iba pasando, casi no la podía llegar a cortar, me moría de ganas de contestarle pero a la vez de hacerme la ruda de que ya es una etapa cerrada (y jamás abierta) para mí. Inclusive la conversación siguió pero ya no tengo ganas de ponerla. No llegamos a nada y nos despedimos con un frío "chau".

lunes, 14 de junio de 2010

Tienes un mensaje

Fui a ver una banda de rocanrol. Una banda súper under. Había un artista invitado. Ceci me había hablado mucho de él. Yo ya lo había idealizado en mi cabeza. Sabía que él tenía 19 años, era re chiquito y tenía cara de nene. Así como Ceci sabe que me gustan. Por eso es que me habló de él y que me encargué de idealizarlo. Antes de que hubiera salido al escenario, yo ya no podía con el enamoramiento.

Y cuando salió, y cantó, y tocó la guitarra, fue más fuerte. Cuando terminó, como ya dije que son under, salieron todos. Él de los primeros. Lo miré, lo miré mucho. Logré que me mirara. Lo seguí mirando e intimidando. Lo comí con los ojos. Me miraba de manera tímida, sintiéndose inhibido. Pretendía acercarme a hablarle.

Con Ceci después íbamos a salir juntas pero fuimos a acompañar a dos pibas a la parada. Fui de mala gana. No quería que Fernando, así se llamaba mi rockero, se fuera. Como obviamente iba a pasarme, cuando volvimos, ya no estaba. El teatro estaba totalmente cerrado y sin una persona en la puerta.

Me puse de mal humor. El resto de la noche fue muy malo. Discutimos con Ceci bastante fuerte, nos dolió la garganta de tanto gritarnos dentro de un boliche pero después todo estuvo bien. Creo que eso puede llegar a terminar en otras cosas. Ya se verá, por lo menos no me guardé nada y estoy segura que ella tampoco.

Al otro día, me desperté en su casa y decidí mandarle un mensaje de facebook a Fernando. Yo ya lo tenía en facebook. Le puse: me encanta tu voz, y vos también. Eso fue el sábado. Estuve el día entero pendiente de su respuesta. Nada pasaba. No entendía qué me hacía tener a ese chico tan presente. El domingo estaba mirando Héroes, la serie, en la computadora. Cuando se me abre una ventana que me avisaba que Fernando Suapellido me había hablado en facebook. No me importó por qué parte de Héroes iba. Cerré y me puse nerviosa. No sabía qué hacer.

No tiene sentido que represente la conversación. Desde ese día hasta ayer charlamos sin sobresaltos sobre diversísimos temas y literalmente todos los días. Yo siempre tirándole palos y él atajándolos y cambiando de tema. Podríamos considerar que esto fue siempre malo, pero la situación cambia cuando explico que siempre fue él quien me habló, y mis instintos dicen que si ves que alguien está atrás tuyo y le seguís hablando, es porque aunque sea algo te gusta o te simpatiza o lo que sea.

Mientras tanto, no dejo de escuchar su rock. Me estoy volviendo una loca fanática. Eso me incentiva a que esté todo el tiempo pendiente de él, pensando. No hay cosa más hermosa que pensar en alguien escuchando música, y más todavía si está su voz! Soy muy enamoradiza, sí. Me engancho enseguida. Tal vez porque jamás pasó algo en serio.

El punto es que él vive en Zárate, yo en Capital Federal. Eso complica mucho la cuestión, aunque él ni insinuó el hecho de vernos. Resulta que el viernes me habló por msn y me dijo que estaba en capital. Le tiré indirectas, muy claras, para que él me insinuara de encontrarnos o me preguntara por dónde iba a salir yo. Nada hizo. Era evidente que no le interesaba.

Entonces me fastidié, lo saludé de manera antipática y me fui. Al día siguiente, al haberme dado cuenta que la situación así no me servía en lo más mínimo porque yo quería verlo, y al parecer él no, decidí que no hablemos. Pero a la noche me habló. Le dije que no lo quería molestar, y él me insistió en que no era molestia. Entonces no sé cómo traté de darle a entender que no tenía ganas yo. Que así no, como diría mi amiga la Chiqui.

Fer no entendió. Entonces le dije un tímido, o tal vez no tanto, quiero verte. A lo que me contestó exactamente: algún día ya nos vamos a ver. Listo, cartón lleno. Exactamente eso siempre contesté evitando salir con alguien. Ese día se terminó desviando el tema, terminamos hablando de cualquier otra cosa.

Ayer, domingo, también me habló. Varias veces en el día. Él. Mi instinto indica que, si me habla después de que yo le deje clarísimo que lo quiero ver, ALGO le importa, como expliqué antes. Sin embargo, estuvo bastante antipático durante toda la conversación, contestando monosílabos en varias ocasiones. Me pongo en su lugar. Cuando contesto jaja solamente es porque me chupa un huevo hablar con esa persona. ¿Pero entonces para qué me hablaba? ¿Y encima sabiendo que quiero verlo?

Me fastidié, me dije que basta. Primero, no puede ser tan grave, no lo conozco, es sólo un sueño, una intención, una idealización de que todo salga sumamente bien cuando no tiene por qué ser así. Segundo, de todas maneras a mí así no me servía y al parecer él, aunque tal vez de manera temporal, sí. Entonces le dije que chau y me decidí a no hablarle más.

Pero hoy, una vez más, no pude conmigo. Le pregunté por chat de facebook si estaba conectado en el msn. Se lo pregunté de una manera sumamente simpática. A lo que me respondió: sisi.

Listo, punto final, me digo a mí misma. Pero estoy dudando en hablarle. Pido disculpas que una historia de amor mía exista solamente así, pero realmente tengo ganas de estar con él, de verlo, de darle un beso, de que me rockee al oído. Si no se concreta no es por mi culpa. Esta vez pretendo dejar la histeria a un lado y no puedo. Y no quiero bajar los brazos, me niego.

Insisto que quiero hablarle. A Fer. Después les cuento. Aunque seguramente a nadie me importe... Pero algo tengo que hacer.

Entre nosotros, tengo un poco de miedo de que me diga de vernos. Decirme que sí. Pero estoy segura, estamos lejos de eso.

miércoles, 2 de junio de 2010

Sintetizando un mes entero

Bueno.. Sí, desaparecí. No me dieron ganas de escribir y ahora vengo a aburrirlos un poco.
Por un lado, con mi papá está todo bastante mejor. El 22 de mayo fue mi cumpleaños y salí con amigos (las salidas jamás fueron restringidas) y me dijo "podés tomar dos medios vasitos". Más allá del tomar, valoro el gesto, la confianza, el superar su orgullo que ahora ya entiendo de dónde lo heredé. Previamente a esto habíamos tenido una conversación que empezó muy tierna, porque yo me acerqué a decirle que lo sentía distante y él me dijo que no sabía bien cómo acercarse a mí porque con mis hermanas tenía la "excusa" del hockey, las lleva a entrenar, va a buscar, charla sobre eso; pero conmigo nada de eso (por momento sentí que era un poco reproche porque no hago nada de mi vida, pero todo fue tan tierno que no podía ser así). Sin embargo no sé cómo salió el tema del alcohol y terminamos discutiendo muchísimo. Aunque cerramos el tema sin acuerdo común y nos dimos un abrazo. Pero al final, como conté, el día que salí por mi cumple, todo salió bárbaro. Me dejó tomar y estaba todo bastante bien. Ayudó mucho el psicólogo creo yo. No por lo que hablé yo con él, si no por las veces que habló con mis papás.

Hacía mucho yo quería un arito en la oreja (la parte de arriba, el carílago), y mis viejos son super cerrados con eso. No existía posibilidad alguna de que me dejaran. No existía. Unos días después de mi cumpleaños número 16 (me atrevería a decir que el patriótico día, el día del bicentenario) papá me dijo: decidimos con mamá que te vamos a dejar hacer el arito. Son cerrados, les cuesta decir sí con esas cosas, pero cuando lo dicen me sorprenden. Y eso vale mil. Sin embargo, yo ya saltando por todos lados, dije: ¿cuándo me hago la argollita?. Papá me contestó: argollita no te dejamos. Puntito. Jamás voy a entenderlo.

Decidí hacerme el puntito y después cuando aflojara, cambiar. Al día siguiente en la cena pregunté: ¿Nunca me voy a poder poner la argollita? Me contestó que no. Con mucha seguridad. La cena siguió. Mamá le dijo: ¿Por qué la argollita no?. A lo que papá contestó mil veces "porque no". ¿Por una cuestión estética o porque se puede enganchar?, preguntó mamá. Papá siguió contestando lo mismo. Me fastidié. Me peleé. Le eché en cara otras cosas que no tenían nada que ver. Más allá del arito en sí, ¿qué necesidad de contestar porque no? Es lo opuesto que hay que hacer para lograr una buena convivencia, como habíamos acordado.

Entonces le escribí un mail. Es así, me resulta más fácil expresarme y además me "enfrío" y no lo lleno de violencia. Y sé que cuando lo lea él también va a estar más tranquilo. Le puse:
1. te juro que no te entiendo. parece que a propósito no querés una buena convivencia y me decís que NO a algo que realmente quiero, y encima contestás PORQUE NO. así buena convivencia es imposible. de verdad te digo. aunque ponga mi mejor intención
2. igual como ya dije en la mesa gracias por dejarme el puntito porque sé que para ustedes es un paso.. no es que no me lo hago por desagradecida, si no que no tiene sentido que me agujeree por algo que en realidad no quiero.

No contestó. Pero todo está bien, aunque del arito no se volvió a hablar.

Me gustaría que hubiera algo interesante que contar respecto a otro tema, nada lo considero relevante como aparecer acá. En cuanto a amigas, Las Superflúas ya no existen en mi mapa, comparto aula con dos de ellas pero la relación es nula. Me dedico a la real amitad con Ceci y Marina. Con Mari hoy tuve un cruce complicado, es una persona complicada para discutir y que siempre tiene la razón. Eso lo hace difícil, porque por ahí hablar temas jodidos en los que sé que diferimos se hace algo que prefiero evitar porque termina insultándome. De todas maneras la balanza da positivo. Eso es lo que cuenta.

Y en cuanto a chicos... sí, estoy más sola que nunca. Me lo merezco por histérica. Vamos a ver que me depara este fin de semana, y el que sigue, y el otro, y el otro...

sábado, 8 de mayo de 2010

A lo hecho, pecho

Me gustaría poder hacer una entrada corta porque conté esto a miles de personas y ya estoy harta. Eso hago cuando tengo un problema, lo reproduzco un millón de veces a ver si alguien me tira la solución mágica, cosa que sé que no va a pasar, pero no puedo con mi genio. Es importante que tengan en cuenta que a veces soy muy impulsiva y hago cosas realmente sin pensar, voy a aclarar en qué momento pasó.

Llegaron mamá y papá de tener la primer sesión con mi psicólogo. Siempre me negué rotundamente a que ellos vayan primero, pero son las reglas, me pasa por ser menor. Estaba yo en la cocina, me saludaron con su mejor sonrisa. Me contaron que es muy buen mozo y que además les cayó bien. Me quejé porque hayan ido primero. Les dije que siento que todo lo que yo les cuente, él se los va a contar.
Papá: qué, ¿tenés mucho para ocultarnos?
Vilma: no, pero si le quiero decir que fumo todos los días marihuana se los va a contar... no se impresionen, siempre jodo con eso y nos reímos de eso. Siempre supieron que soy incapaz, lo hago como chiste y así lo toman. Pero esta vez le cambió la cara.
Papá: ...
Vilma: Es joda, pa. Inclusive siempre me sorprendo que les cuento absolutamente todo.
Papá: no estoy seguro.
Vilma: ¿me estás cargando? Siempre lo hablo con mis amigas. A veces veo que ellas ocultan cosas y yo, siempre la posta a ustedes.
Papá: ...
Vilma: lo decís por algo en particular.
Papá: se lo contaste a mamá y no a mí.
Vilma: es lo mismo, sé que todo lo que le cuente a mamá va a ir a vos.
Papá: bueno, el tema es qué fue lo que contaste.
Su cara había cambiado por completo, sin embargo yo ni me imaginaba de qué me estaba hablando.
Papá: si no sabés de qué te estoy hablando, definitivamente nunca te llegó nada de todo lo que te enseñamos. Empecé a imaginarme una cosa... una cosa que le había contado a mamá y como reaccionó de manera despreocupada, la había olvidado. No podía ser eso, por favor, no...
Vilma: en serio no sé de qué me hablás. Mi actitud había cambiado por completo. Jugueteaba con Iara, le agarraba el hocico, ella me mordía sin parar. Sin embargo no le presté nada de atención.
Papá: sabés bien. Vos misma me lo dijiste hace un rato.
Sí. Era eso.
Vilma: papá... lo hice solo una vez.
Papá: ¿y por qué?

Se dio una discusión muy larga que finalizó conmigo llorando y yéndome. Yo le decía que había querido probar, él me decía que qué necesidad, que ahora cómo sabe que yo no voy a ir a hacer otras cosas peores. Le dije que soy una persona consciente, que sé que fumar una vez porro (una pitada además) no significa que me parezca igual de simple inyectarme una vez heroína o aspirar sólo por primera vez cocaína. Que yo le decía que eso no iba a hacer, que confíe en mí. "Me habías dicho lo mismo con la marihuana...", me dijo. Y tenía razón, pero yo tengo, y tenía, la certeza de que jamás voy a hacer otro tipo de cosas.

Al final me dijo "¿viste que ayer vimos La familia de mi novia? bueno, vos estás afuera del círculo de confianza. Y ahora las cosas van a cambiar". Y ahí es cuando me fui llorando para mi cuarto. A hacerme el bocho, a contarle a mis amigos, a maldecir que se me ocurrió decirle a mamá que una vez fumé marihuana (acá es cuando digo que flasheo cosas, que pienso que son re abiertos y al final, para nada. Que me dejen tomar alcohol no significa que no les joda que me haya drogado... es que, lo veo así y digo, ¿cómo se me ocurrió contarlo? Pero, lo hice).

Le mandé un mail, siempre le mando mails cuando peleamos, porque cara a cara me cuesta decirle las cosas, no porque a mí en general me cueste, si no cómo es él. Además logra dar vuelta todo lo que le digo para ganarme, sé que no debería ser GANAR o PERDER pero así se convierte una discusión con él. Fui a abrazarlo a la cocina. A pesar de mi bronca, sentí lástima por él, por la sensación que seguro me invadía el alma. Me imaginé que estaba pensando: yo que la dejé hacer todo, que confié en ella, cómo me equivoqué... Y en todo caso la que se equivocó fui yo.

Pasaron días y nada cambió. Cuando quise salir, salí, a donde quise y bajo las condiciones que quise. Un viernes le pedí a mamá plata y fui a comprar un fernet y un vino. Se quejó, como siempre, pero accedió. Llegué a casa, lo guardé en la heladera, y antes de salir iba a ir a visitar a un amigo. Le pedí a papá que me lleve y accedió. Aunque él supo que tomo alcohol, yo quería adelantarle que iba a abrir la heladera y encontrarse con dos botellas intrusas. Además, después de lo sucedido...

Vilma: fui a comprar algo para tomar recién.
Papá: ...
Vilma: ...
Papá: yo no quiero que tomes más.
Vilma: ¿qué?
Papá: eso.
Vilma: ¿por qué?
Papá: ¿hace falta que te diga?
Vilma: ahora siento que voy a tener que empezar a ocultarles cosas. Siempre eso les funcionó a mis amigas, eso me contaban.
Papá ... sigue manejando ... ¿qué dijiste?
Vilma: que ahora siento que voy a tener que ocultarles cosas.
Dobla en un lugar donde no tenía que doblar.
Papá: vamos para casa.
Vilma: qué?
Papá: que vamos para casa, que hoy no salís ni a la casa de este chico ni después.
La idea de defender mis ideales se corrió, ahora sólo quería salir, salir, salir. Inmadura, pendeja, incoherente, TODO.
Vilma: papá, no quise decir eso, quise decir que yo estaba muy contenta porque podía contarles todo y ahora las cosas iban a cambiar y no quería, de verdad que no quise decir eso, lo que quería decir era que yo era feliz sabiendo que podía contarles todo y a la vez hacer lo que tenía ganas, que hasta mis amigas me decían que qué buena onda que yo podía contarles todo y hacer lo que me gustaba. Sin puntos, sin comas, con lágrimas en los ojos y hablando tan rápido como corría el correcaminos.

Supongo que discutimos un rato, no recuerdo bien. Al final me llevó a lo de mi amigo, y me dijo que si se llegaba a enterar que yo tomaba alcohol no salía hasta que cumpliera 18 años.

Cómo había cambiado todo rotundamente era difícil de creer. Mis amigas no lo creían, me decían que les parecía super injusto que yo, la siempre más correcta, la más responsable, la que siempre tenía en la cabeza lo que le enseñaban sus papás, estuviera pasando por esto. Yo tampoco podía creerlo.

Salí esa noche y la siguiente. Qué es lo que terminé haciendo, no importa. Pero hablé con Vale, la hermana de papá, mi tía, que siempre consuela. Hablamos muchísimo, le conté todo y logré sentirme tranquila conmigo misma y con mis hechos. Ahora tengo una piedra menos en el zapato. Le pongo el pecho a la bala y me banco las consecuencias. Sólo quiero volver a entrar en ese círculo de confianza. Qué lindo se sentía estar adentro, y pensar que casi no llegaba a valorarlo. Y no quiero entrar sólo para poder tomar alcohol... al fin y al cabo uno siempre hace lo que quiere. Quiero volver a entrar porque de verdad extraño esa sensación de que estoy haciendo las cosas bien, que estoy bien encaminada y mis papás lo saben.

Extraño que confíes en mí, pa.

martes, 27 de abril de 2010

Contate otro

Es una entrada muy mal escrita la que hice, así que a pesar de ya haber publicado, borro y escribo de vuelta.

Estoy muy dependiente de Ulises, a pesar de que lo borré del msn lo busco en el chat de facebook para saber si está conectado y a partir de ahí, si es que está, paso de estado "conectado" a "no conectado" y de vuelta "conectado" para que le sale mi ventana en su msn y me hable. No sirve para nada. Además lo hago aún sabiendo que si me habla, no voy a contestarle.

No sé más que hacer. Siento que la situación se me está yendo de las manos. No lo veo nunca, y prometo que eso en vez de ser un factor positivo, hace que cada vez me resulte más difícil olvidarme. Lo tengo rebotando en la cabeza las 24 hs., de a ratos me desconcentro en clase y me empiezo a preguntar qué hubiera pasado si en vez de decirle alfa le decía beta, o imagino hipotéticas situaciones futuras en las que me lo encuentro por la calle, o él me viene a buscar en mi casa desesperadamente, o en un brote psicótico le estampo un beso cuando entro en la mitad de una clase suya de geografía, aunque vayamos a colegios diferentes.

Después vuelvo y avanzamos como tres párrafos sobre física cuántica y ya no puedo engancharme. "Ya fue, sigo". Y me sigo destruyendo la cabeza, y creando más sueños, más expectativas, para un rato después caer y decirme: Vilma, querida, nada de eso va a pasar.

Lo odio, lo odio porque él logró su cometido o al menos nada de lo que me pasa le afecta; lo odio porque esa noche empecé ilusionada, después me desilusioné cuando Male me dijo que no quería estar conmigo, después volví a ilusionarme cuando después de la primera charla me hicieron saber que dijo que iba a estar conmigo, y por último cuando me acerqué a hablarle por segunda y última vez me llenó en dudas; lo odio porque me tiene a sus pies; lo odio porque se hace en inocente e ingenuo y creo que bien sabe cómo hacer para tenerme ahí y además se aprovecha de eso.

Y además, además de todo: lo odio porque no lo odio ni un poco.

Extraño aquellos tiempos en los que hablaba de hockey, extraño poner hockey como una etiqueta. Sí, estaba estresada y angustiada, pero angustias de otra índole. Y pensar que pedía historias, y pensar que pedía amor. Ésto no es amor, pero es una historia. Poco interesante, monótona y seguramente sin final, sin ese beso.., pero es lo que me pasa.

Nadie los obliga a continuar leyendo. Lo único que les pido es que entiendan que esta es la historia para mí porque nunca viví una verdadera. Pero les pido disculpas, un poco, si sienten esto excesivamente exagerado, si lo comparan con las apasionantes historias de sus vidas y da pena que ocupe tanta importancia en mi vida... Pero no puedo evitarlo, y si no lo oculto en mi vida cotidiana (porque ni siquiera soy algo inteligente como para saber ocultárselo a Ulises); tampoco voy a ocultarlo en una maldita página de internet.

domingo, 25 de abril de 2010

Re-mando

Ayer, sábado a la noche, me colé en la fiesta de quince una chica que no conozco sólo porque es amiga de Ulises. Me puse lo más linda que pude aunque, obviamente, no llegué a estar conforme. Tenía que estar más. Él ni se imaginaba que yo iba a aparecer. Pero no se mostró muy sorprendido cuando me vio, simplemente noté que entre su grupito de amigos decían muy poco disimuladamente "qué hace ésta acá?".

Las cosas entre nosotros finalmente estaban normales. Hablábamos por msn cuando él se dignaba a hablarme o cuando yo superaba mi orgullo y mi sensación de va a pensar que soy una pesada o se va a dar cuenta de que me gusta y terminaba hablándole, aunque conservando cierta distancia porque eso de que yo había hablado me pesaba un poco.

Male, esa amiga en común que tenemos, en la que Ulises confía mucho pero ella me cuenta absolutamente todo, me contaba que lo que hablaba con él era que estaría conmigo. En síntesis, en el hipotético caso de que nos viéramos en un ambiente que diera, me daría un beso. Y, pensé yo, una fiesta era el mejor lugar.

Le pedí a Male que me tanteé el terreno esa noche. Estaba yo bastante optimista. No sé bien por qué. La vi hablando, me veía las expresiones de ambos. La conversación fue cortísima. O todo era muy malo o excesivamente bueno. Y, en general, las noticias que me traía Malena eran buenas. Llegó y me hizo el signo del pulgar para abajo. Pensé que era joda, no sé por qué.

Le dije que qué onda con Vilma y me dijo que nada, que ni hablan. Le dije si iba a estar con vos y me dijo que no quería. Se me cayó el mundo. Yo soy culpable, yo soy la que sueña sin herramientas. Male me decía todo bien, Vil? y le dije que sí todas las veces, no podía quedar tan pelotuda de angustiarme por un gil que conozco poco, de haberme hecho ilusiones aunque él no me chamuya desde hace muchísimo tiempo.

- Me da bronca, boluda. Una vez que me había decidido a ir y encararlo yo, porque sé que ni en pedo, aunque quisiera, él va a venir, me decís que no quiere estar conmigo.
- Andá y encaralo igual! - me respondió la entusiasta muchachita de pequitas, Malena.
- No puedo. Yo no soy así. Además quedo como una pelotuda...
- A vos siempre importándote cómo quedar.
- Y sí. Porque las cosas van a salir o muy bien o muy mal. Porque si finalmente no me da bola, que es lo más probable por lo que te dijo, se van a cortar esas charlas por msn...
- ¿Y qué mierda significan para vos esas charlas por msn? Además decís que últimamente ni te habla. No seas boluda, no tenés nada que perder.

Obvio, me convenció. Llena de nervios quedamos en que ella iba a subir con él y yo iba a estar arriba, que había como un salón chiquito, e iba a ir donde estaban y empezar a hablarle. Así fue, casi me muero de esa sensación extraña en la panza, pero lo superé. Voy a tratar de reproducirlo lo más objetivamente posible y lo que mi memoria me permite:

Yo: qué onda?
Él: todo bien.
Yo: no te digo ese qué onda.
Él: qué onda qué?
Yo: ya sabés de qué onda te estoy hablando.
Él: ... no sé
Yo: no te hagas el boludo
Él: nada, no sé, boluda...
Yo: bue.
Él: somos amigos.
Yo: no somos amigos. Tratemos de recordar cómo se fueron dando las cosas. Me chamuyabas..-
Él: te chamuyaba hasta que me di cuenta que eras re buena mina y te prefería como amiga.
Yo: no vengas con ese chamuyo, por favor.
Él: te estoy hablando en serio!
Yo: bueno, pero amigos no vamos a ser nunca porque me gustás.
Él: pero, ¿cómo te puedo gustar si me conocés tan poco?
Yo: lo que significa "gustar" es relativo. Quiero estar con vos, ese es el punto.
Él: es que si estamos vamos a dejar de hablar...
Yo: no, tal vez no. Lo que es seguro es que si no estamos vamos a dejar de hablar.
Él: ¿por qué?
Yo: porque no voy a querer hablar más con vos porque no me sirve. No me hace bien.
Él: Dejame pensar un segundo.
Yo: ...
Él: si te doy un beso, ¿te olvidás o te enganchás más? me puse a pensar mucho. ¿Qué quería que le responda? Por un momento pasó por mi cabeza la idea de que él hacía todo eso porque quería que yo no me olvide nunca, porque se percataba de mi histeria. Sin embargo caí a la realidad y creo que quiere, o quería, que me olvide.
Yo: ¿vos qué querés que pase?
Él: decime vos.
Yo: buen, la verdad es que yo sólo quiero ese beso. Después te prometo que te dejo tranquilo.
Él: pero te vas a enganchar más... ahí me percaté de sus intenciones.
Yo: no, de verdad que no.
Él: bueno, dejame pensarlo.
Yo: ok, pero después te corresponde a vos venirme a buscar a mí, okey?
Él: sí.

Nos separamos, volví con mis amigas, me fumé un cigarrillo. Esa sensación extraña en el estómago había desaparecido por completo. Me sentía sumamente feliz, por más que me había dado cuenta que era más posible el no que el sí. Me sentía más suelta, más relajada. No sentía ninguna pelota en el estómago impidiéndome bailar o hablar.

Subió Malena y me dijo que Ulises la agarró en las escaleras y la puteó un poco, y después le dijo "hoy me la como". Sorry, así lo dijo, así me lo contó Male y así lo voy a traducir acá. Me puse feliz. Otra vez estuve en el cielo.

Habrán pasado dos horas u hora y media, y no me vino a hablar. Ya estaba de mal humor otra vez, aunque en éste momento me gustaría volver a esa hora y media de espera a ese gran momento, de sueños, de esperanza. Lo exagero pero prometo que lo siento así, para mí era importante.

En un momento estaba yo arriba parada por ahí y él sentado solo en el sillón. Por ahí soy una pesada o me tomé demasiado en serio eso de ser frontal, pero fui y le dije. ¿Y? ¿Lo pensaste? Me dijo un millón de veces, y no exagero, no sé, me decía que sentía que me estaba usando y yo le dije que en todo caso era al revés porque la que sí quería de verdad ese beso era yo. Me decía cualquier excusa pelotuda, pero nunca se animaba a decir que no cuando yo le decía listo, yo entiendo que eso es no, ahora decime "no, Vilma" en la cara y no te molesto más.

La conversación siguió así, sin sentido, hasta que se empezaron a prender las luces y me dijo hay que ir a brindar. Le di un golpecito irónico en la mano, me levanté del sillón, y bajé la escalera. Esa caminata fue mucho más que una caminata. Con Ulises se terminó. Yo soy casi una mujer y él un pendejo. Yo, que soy mujer, tengo muchos más huevos que él, que no se anima a decir que no.

Papá me dijo: estás contenta por lo que hiciste, no por los resultados. Cierto, es por eso. Pero lo que importa: estoy contenta y conforme conmigo misma. Y además me di cuenta de todo lo que valgo y lo poco que vale él, y de que definitivamente algo mejor me espera por algún lado.

Aunque me muero por ese beso...

jueves, 22 de abril de 2010

Si solteros a los 30, nos casamos

A Gabriel lo conocí cuando tenía cinco años. El recuerdo más vivo que tengo es el del primer día de preescolar. Él no hablaba, venía de Francia. Pero sabía castellano, había vivido sólo un año allá. Simplemente no se animaba. Lo acorralé atrás de una mesita de esas para cuatro personas bien bajitas que hay en el jardín y le dije: si no me decís tu apellido no te dejo salir. Purria Rey, me contestó nervioso. Punto para Vilma.

Los años en ese colegio al que tanto le debo, fueron pasando. Terminamos el jardín, años y años de primaria. Yo era de esas chicas lindas de la cual todos estaban enamorados. No es por creerme mil, era una nena, pero así lo recuerdo. O sea, nunca nadie me lo decía, inclusive, como son los nenes, todos me trataban mal y yo sufría mucho. Pero años después me lo confesaron. Gabi fue uno de esos.

En cuarto y quinto grado estuvo muy enganchado conmigo. Tan enganchado como se puede estar a esa edad. Que sentís que el corazón te late fuerte, que podés llegar a sentirte muy atraído por alguien y todavía crees que existe el amor puro y la felicidad completa. Creo que es la mejor edad para creer estar enamorado.

A mí, en cambio, me gustaba alguno de los malos de la clase. Gabi era simplemente alguien que me era indiferente, a mí me gustaba Nicolás. El peor, el más malo de todos, el más peleador, el que peor se portaba en las clases. Siguieron pasando los años.

En sexto grado las cosas cambiaron. Los chicos empezaron a sentirse atraídos por las chicas que tenían tetas y yo, la verdad, dejaba que desear. Hasta segundo año que algo extraño pasó en mi cuerpo. Pero eso no viene al tema.

De repente nadie estaba interesando en mí. Y a mí me gustaba uno un año mayor, que ni siquiera me miraba, que me dio un cinco en uno de esos jueguitos crueles en los que le ponías puntaje a la persona que te decían. Quien iba a decir que ahora es un gil que me habla por msn y no dudo en poner esc.

En séptimo grado me enamoré de Gabriel. Le escribí cartas, miles de cartas, lloré por él, escuché canciones y me hicieron sufrir mucho. Obvio, no me enamoré. No conozco el amor. Pero en ese momento estaba segura de estarlo. Sin embargo, ahí él ya se había subido al caballo. Era de los más buscados a pesar de que nunca tuvo belleza física, mis amigas de ese entonces se le tiraban encima todo el tiempo aún sabiendo que me gustaba. Y Vilma todavía no sabía hacerse valer (...ahora sabe?).

Gabriel me trataba muy mal, y además era muy influenciado por Nicolás, el malo de la historia, su mejor amigo. Yo nunca tuve duda de dos cosas: primero, Gabriel nunca hubiera sido así si no hubiera sido por la influencia de Nico. Que ahora es un divino y cuando salimos los de la primaria me sorprende verlo tan maduro. Y, la otra cosa de la que estuve muy segura: Nico me trataba pésimo y hacía que Gabi también lo haga porque él estaba enganchado conmigo desde cuarto grado. Que me gustaba también en cuarto grado. Esas cosas de niños... (¿algo pendiente?)

Un día, en la casa de otro amigo que no voy a nombrar para no enquilombar con los nombres, que Nico no estaba, Gabi me dio un beso. "Tranzamos". Eso fue para el vocabulario de la época. Fue increíble, o sea... Nada romántico a pesar de que fue a la noche en una terraza. Acabábamos de comer papas fritas, mi amigo el dueño de casa nos cortó el beso a los cuarenta segundos porque en eso habíamos quedado y etc.

Cuando volvimos al departamento Gabi llamó a Nico para contarle y al otro día, en el colegio, hicieron los dos comentarios burlándome y además para hacerme poner mal. Antes de esto Ceci se había tranzado a Gabi. A ella le gustaba también. Otra de esas cosas que pasan en la primaria... A todas les gusta el mismo al mismo tiempo. No importa, no viene mucho al caso.

El tiempo siguió pasando. Terminamos la primaria, él me siguió tratando muy mal, y lamentablemente, o no, porque no imagino la vida de otra manera, mi primaria no tenía secundaria. Todos nos separamos. Pero Ceci, Mari y Gabi fuimos a la misma secundaria. A la que voy hoy.

En primer año nuestra relación fue neutra. Creo que no hablábamos. Pero no me volvió a tratar nunca más mal. Tal vez por madurar, tal vez porque Nico ya no estaba o tal vez porque simplemente no daba entrar en un ambiente nuevo y tratar mal a otra persona.

En segundo año nuestra relación fue bastante mejor y en tercero nos hicimos mejores amigos. Con todas las letras. La confianza daba casi asco, la verdad que no soy muy femenina y nunca me cuestioné tirarme un eructo adelante de él o preguntarle si necesitaba depilarme para ver a x chico.

Se convirtió en alguien esencial para mí, a pesar de cosas que me joden, como de toda persona. Sin embargo hace un tiempo que estábamos distanciados. Carpeabamos todo hasta que por una pelea muy pelotuda, nos peleamos mucho y empezamos a hablar, lamentablemente por msn. Nos peleamos hasta la muerte por una boludez, y cuando nos dimos cuenta que eso excedía esa cuestión que había originado la pelea e iba más allá, empezamos a hablar de eso. Las cuestiones que se nombran no voy a explicarlas para no aburrirlos, pero transcribo para que entiendan del desinterés que vi en él. Ésto pasó después de unos días sin hablarnos.

Vilma dice: che, Gabi, cómo es la cosa? Ésto va a quedar así para siempre?
Gabi dice: no sé, así van yendo las cosas
Vilma dice: a qué te referís?
Gabi dice: no sé, que si están así por algo será. Tal vez sea mejor así.
Vilma dice: no puedo creer lo que me decís. Lágrimas de mi lado del monitor.
Gabi dice: por qué?
Vilma dice: porque, Gabi, soy Vilma, vos sos Gabi... Vilma soy! Mi mejor amigo hasta hace tan poco tiempo.
Gabi dice: ya sé, pero todo esto viene en picada hace mucho y no me lo bancaba más. No sé, no quiero apurar para que todo vuelva como antes.
Vilma dice: qué no te bancabas? qué tanto te molestaba?
Gabi dice: la relación.
Vilma dice: qué te molestaba tanto de la relación?
Gabi dice: no sé, ya lo habíamos hablado ésto.
Vilma dice: no lo puedo creer.
Gabi dice: ...
Vilma dice: Gabi, yo te quiero. Sé que vos me querés también. No sé qué tanta vuelta hay.
Gabi dice: sí te quiero, pero en este momento no sé si tengo ganas. Siempre igual y la verdad, ya me harté. Perdón.

Nunca pensé que iba a llorar de vuelta por Gabi, nunca me di cuenta que me iba a angustiar tanto. No crean que confundí las cosas, sentía que perdía un amigo, nada más. La cuestión es que me decidí a, cara a cara, ir a hablarle.

Al día siguiente, o sea hoy, en el recreo de las nueve y media, le dije: hablamos?. Gabi es hombre de pocas palabras, pero de todas maneras alguna tenía que soltar. La situación era la siguiente. Algo así como la conversación de msn. Yo haciéndole preguntas y él contestando "no sé". A veces largaba alguna frase. A todo ésto, miraba el piso o sus medialunas. Y yo, sentada al lado de él pero de frente, lo miraba a la cara.

Mientras hablaba, mientras le decía que no podía tolerar que las cosas se esfumen así, que nos conocíamos hace demasiado como para dejar que todo muriera y otras etcéteras, él seguía mirando el piso. Y en un momento ya no me pude contener. Empecé con lágrimas tímidas. Después era una atrás de otra. Sin embargo tengo la capacidad de que la voz no me tiemble, o me tiemble muy poco. Tal vez por eso no quería mirarme a la cara. No podía con esa culpa.

No sé bien cómo llegamos a eso, pero después de decirme que "le daba lo mismo" y yo angustiarme el triple diciéndole "¿cómo puede ser que te de lo mismo?", me dijo que probemos. Que a él no le servía si era como éste último tiempo que teníamos una amistad mediocre. Que quería de vuelta como cuando éramos MEJORES AMIGOS con todas las letras. Entonces le dije que si de verdad quería eso, yo estaba muy contenta, pero que no lo diga por obligación. Se quedó callado y después, cuando repregunté, me dijo que sí, que probemos.

Lo miré, y no hizo nada, porque él es así. Entonces lo abracé. Y me abrazó. Y lloré en su hombro y fue el abrazo más lindo de mi vida.

domingo, 11 de abril de 2010

El subibaja

Puede ser que incondicionalmente lo haya hecho a propósito. ¿Se acuerdan lo pasado con Alejandro y Ulises? ¿Que con Ale todo bien, aunque algunas cosas me jodían, y con Ulises parecía ser el final? Bueno, evidentemente nada iba a quedar así. Por como soy yo. Nunca me quedo en el molde, de ninguna de las dos maneras: quiero decir, no todo iba a quedar perfecto con Ale, y no era el final (un carajo) con Ulises. Y, obviamente, ésto último no lo digo porque vino a mi casa, tocó el timbre y le rogó a mi mamá que yo le abra la puerta porque yo me hacía la difícil, y cuando mamá vio el ramo de rosas rojas que traía para mí decidió abrirle de todas maneras y él me llenó de besos y decidió ponerse las pilas. Claramente eso no pasó.

No sé por cual de los dos empezar, porque todo pasó una misma noche. En un transcurso de una hora supongo. Eso es lo que digo que tal vez de manera inconsciente busqué. Que justo en un rato el subibaja cambió su posición. Creo que primero fue lo de Ale, así que por ahí voy a empezar.

La noche del miércoles le había dicho que baje un cambio, que todo bien pero yo estaba en un momento en el que no pensaba absolutamente para nada en el futuro y me dedicaba a vivir un buen presente. A salir con él y que la pasemos bien, a verlo de casualidad o no, pero nada serio, nada buscando un futuro, porque aunque eso me causó discusión con papá, no me interesa.

Por ese momento creí que se había enojado, pero al día siguiente, el jueves, me mandó un mensaje invitándome a almorzar. Le dije que no podía porque tenía que estudiar o algo así. Pero era una mentira, con Ulises me hubiera escapado a Marte si era necesario. Simplemente no tenía ganas. Llegué a mi casa, me conecté, y me dijo si al día siguiente quería acompañarlo a hacerse unas fotos con x persona famosa. Naturalmente soy una cholula, seguramente sea un defecto. Sin embargo le dije que no. Y quien me conoce, no podría creerlo.

Me llamó mi tía, Vale, la hermana de papá. Una ídola, mi consejera de siempre. Le conté todo ésto, que nunca me daban ganas de verlo y que a pesar de todo me parecía muy lindo y dulce, aunque tampoco le llegaba a creer el personaje. Y Vale, muy sabiamente, me dijo: si ahora, que ésto recién empieza, y aceptás que es muy lindo y te trata tan bien, no te pasa nada, después menos te va a pasar. Ahora es cuando debería estar toda la magia. Y le di la razón. Yo ya estaba podrida de él, de fastidiarme todas las tardes porque él me hablaba. Definitivamente algo no estaba bien.

Así que cuando volví a la computadora le dije que esto no va ni para atrás ni para delante. Cambié en un toque. Sí. Un segundo antes le había dicho algún chamuyo, o mejor dicho, le había devuelto uno de él. Pero yo lo re forzaba, lo recontra forzaba. Acá dejé constancia de eso. Pero supongo que para él debe haber sido un cambio excesivamente abrupto.

Vilma dice: che, Ale, ésto no va ni para atrás ni para delante.
Ale dice: por qué decís?
Vilma dice: no pretendo que me entiendas, sólo quiero decirte lo que me pasa. Me parecés tan lindo y bueno, sin embargo no puedo dejar de acordarme lo que sentía con el chico con el que estaba antes, y no puedo evitar compararlo. Le mentí, circunstancialmente. No tengo anterior, obvio.
Ale dice: y por qué no me lo decías al principio? Yo te fui queriendo cada vez más
Vilma dice: porque no me doy cuenta de las cosas hasta que las tengo hiper encima. Perdón.
Ale dice: no te preocupes. Bue, qué se yo, ojalá que te de bola.
Vilma dice: yo pensé que igual de vez en cuando podríamos vernos...
Ale dice: no sé. Realmente a mí me pasaban cosas serias con vos. ¡Pibe, nos conocemos hace dos semanas!
Vilma dice: (sin intención de ser cruel, lo juro) tan rápido?
Ale dice: sí, tan rápido. No hay tiempo para el amor. Ya te expliqué por qué hiciste que te quiera así.
Vilma dice: igual, la verdad, nunca te creí que me quisieras ni nada de lo lindo que me decías. No por vos, si no por mí. Porque nunca creo poder hacer sentir eso a otras personas. Y por eso seguí, aún sin saber qué me pasaba. Creo que nunca le fui tan sincera.
Ale dice: mirá, yo antes de estar con vos estaba en otra, pero fijate que siempre te dije que me encantabas, y si te acordás, después de que me dabas besos, te miraba mordiéndome los labios porque no podía creer lo linda que eras (sos), y estar con vos. Pero bueno, ya está, no recuerdo porque me pongo mal. Me voy a escuchar música. ¿Pintó el culebrón?
Un par de patrañas más. Después lo charlé con amigas y me dijeron que tuve poco tacto, que fui muy repentina y que en algunos momentos fui algo venenosa. Juro que sin intención, aunque como le dije a él, considero imposible haberle hecho sentir todo eso y más todavía sabiendo el poco tiempo que pasó. Soy simplemente Vilma. Entiendanlo. No logro tanto en otras personas.

Así termina capítulo Ale, el cual no creo que nunca más vuelva. Porque si me lo cruzo y yo quiera darle un beso, él va a negarse. No lo conozco mucho pero eso siento. Bueno, resumo lo de Ulises y no los aburro más. Creo alguna vez haberles contado que tenemos una amiga en común, Male, pero realmente es amiga mía. No me acuerdo bien qué le dije que le diga, pero lo agregué de vuelta a Ulises a facebook. Me aceptó.

Un rato después me habló en el msn, donde teóricamente él me había desadmitido (eso le había dicho a Male, pienso que en el caso de que hubiera sido verdad pero volvió a admitirme cuando lo agregué de vuelta a facebook, lo hizo porque se sentía demasiado rechazado, y teniendo en cuenta que se cree mil, es un atentado para su persona). Escribo la conversación y no los aburro ni un poco más porque ya no hay más nada que contar.

Ulises dice: qué onda?
Vilma dice: qué onda qué? Bue, ya sé por qué me preguntás. Soy una flashera, no me des mucha bola, dale?
Ulises dice: ok
Vilma dice: y tampoco te ortives
Ulises dice: no te entiendo
Vilma dice: qué no entendés?
Ulises dice: nos llevamos bárbaro, un día me eliminás de facebook y no sé qué carajo me decís, después me agregás y me tratás con tu mejor sonrisa.
Vilma dice: está bien, yo tampoco me entendería.
Ulises dice: y... La verdad que sos complicada.
Vilma dice: bueno. Igual me querés, estoy segura.
Ulises dice: obvio que te quiero, y como encima nos estábamos llevando tan bien me sorprendí un montón.
Vilma dice: bueno, olvidate que haya pasado todo lo anterior.
Ahí seguimos hablando con normalidad, él medio cortado, pero siempre es así por MSN. A los dos días fui a buscar a Male al colegio, y va al mismo colegio que él. Mai, otra amiga en común, pero que es muchísimo más amiga de Uli, aunque sé que puedo confiar en ella, fue a avisarle que yo estaba y él le dijo "bueno, salgamos pero hagamos como que no sé". Cruzamos dos palabras y no podía sacarle los ojos de encima. Le sonreí mucho aunque menos de lo que me hubiera gustado.

Y mis "historias" me aburren hasta a mí.

lunes, 5 de abril de 2010

Extremos

Soy una histérica y no existe otro nombre. La cuestión es que por más de que Alejandro es hermoso, por más de que todas me envidian porque me da bola, por más de que me dice que soy perfecta, por más de todas sus virtudes que son tantas que casi no puedo enumerar, no logro engancharme, no logro poder entrar en ese sentimiento que él teóricamente ya tiene.

La situación es así. El otro día fui a su casa y la pasamos muy bien. No pasó nada, no sé si me explico, nos dimos muchos besos, nos reímos, jugamos a las cartas y miramos las estrellas. No dejó de decirme hermosa en toda la noche. No dejó de elogiar mi sonrisa, no dejó de decirme cosas lindas en ningún momento. Y yo tratando de hacerlo sentir conforme a él también.

Es que, no le miento cuando le digo cuán lindo es o lo bien que la paso con él, pero que él esté todo el tiempo diciendo cosas hace que lo que uno dice sea mínimo. Que él diga "éste año soy feliz con sólo jugar al baket y estar con vos" hace que cuando yo le digo "la paso muy bien cuando estamos juntos" sea poco.

No puedo evitar alterarme en exceso cuando me habla por msn, no puedo forzar mis ganas de verlo. Por ahí cuando lo veo la paso bien, tal vez en persona no es tan evidente eso que tiene de ser tan obsesivo con los elogios y etcéteras. Pero se hace insoportable. Lo peor es que encima no lo siento sincero.

Tal vez por una cuestión de baja autoestima, de que creo imposible que siendo simplemente Vilma un chico tan ideal como él me diga todo eso. Pero me tiro más por la idea de que es intuición. De que algo oculta, de que no son todas tan buenas intenciones... Sí, vamos al grano. La idea que viaja por mi cabeza es que quiere ponerla.

Con esas intenciones se equivoca conmigo. Vilma virgen, Vilma chapada a la antigua, Vilma espera el amor. Y no soy como él que adoro tan rápido o que digo adorar cuando ni siquiera sé si a la otra persona le gusta más el sushi o un pancho con mostaza y papas pay. No es que ya me niego, no quiero que mi histeria me gane. Porque tal vez todo ésto es algo que veo ahora simplemente porque soy fóbica a que las cosas funcionen correctamente. Al después de un par de salidas positivas. Igual todavía no arrugo. No sé. Nunca sé.

Por otro lado, el tema inevitable e interminable pero tal vez termine... Ulises. La pudrí. Todo venía bien, éramos "amigos". Es igual a decir: me gustaba, me decía que no, le decía que no, charlábamos, me contaba de sus chicas, y yo con sufrimiento pero sin querer aceptarlo le daba consejos. Bueno, los borrachos dicen la verdad, las borrachas también.

Parecía que íbamos a coincidir con el lugar al que íbamos a ir a bailar. Me hice el bocho, lo iba a ver, y estaba segura, por mi estado, íbamos a terminar estando. Yo me le iba a tirar encima sin ningún escrúpulo y con una excusa coherente para la mañana siguiente. Sin embargo no apareció.

Lo llamé, nos mensajeamos. Escribí peor que nunca, en la mayoría de los mensajes hay como mínimo una palabra que no se entiende. Pero él me decía que si iba a donde estaban ellos "te doy tremendo beso", a lo que le contesté que no, que ya estaba ahí, y después de un par de mensajes me dijo "ya estoy en casa, te quiero mucho". Como persona pensante tendría que haberla cortado ahí, pero no.

Le dije "te juro, sólo quiero darte un beso" (de una manera menos clara, obviamente) y me contestó "cuando nos veamos", y le dije que él no entendía nada, que no le importaba nadie y a mí sí. No me contestó, le mandé que "perdón, pero no me hables más porque ya sabés lo que me pasa a mí aunque te diga que no". Ahí se terminó.

Al día siguiente me habló dos palabras por msn y ya nos cortamos, y unos días después de rayada que soy lo saqué de facebook. Estando en la casa de una amiga en común que tenemos con él pero que es más amiga mía que de él (Male), ella le dijo que por favor le firme una foto. Le mandó un link de una foto de ella pero un álbum mío. A todo ésto él le dijo "Vilma me sacó de facebook y no sé por qué, voy a preguntarle".

Me pregunta y me zumbea. No contesto, se inquieta con Male y le dice que no le contesto, pero a la vez se hace el superado y le dice que no le importa. Me pregunta de vuelta y vuelve a zumbearme. Ahora que ya me divertía ese jueguito de hacerme la difícil, decidí no contestarle nuevamente. Le pide a Male que me agregue a la conversación y ahí no podía hacerme la pelotuda. La transcribo.

Ulises dice: eu, Vilma! Respondé.
Vilma dice: qué pasa?
Ulises dice: al fin. Por qué me eliminaste de facebook?
Vilma dice: no sé bien.
Ulises dice: aceptame, nena. Dale. Puede ser?
Vilma dice: si me lo pedís así...
Ulises dice: uh, muchísimas gracias, querida. Ahora me explicás?
Vilma dice: no es puntual. No tenía más ganas de tenerte.
Ulises dice: Ah, copado. Te hice algo yo?
Vilma dice: no.
Ulises dice: entonces? estás loca Vilma. Te quiero. Chau.
Y se fue de la conversación.

Ahí siguió hablando con Male sobre mí. Él decía que no entendía, que veníamos re bien, llevándomos bárbaro, siendo amigos, que no tiene la culpa de "no darme", que no entiende por qué reacciono así. Male le contesta que porque estaba sufriendo por él, pero después le exijo que no me haga quedar como una enamorada, entonces le dice que porque "todos siempre quieren estar con ella y no quiere ver evidente que un pendejo no". Ulises le contesta que entonces soy una creída, y ella le dice algo dentro de todo cierto: "no viste que cuando vos dejabas en evidencia que no querías estar con ella en el club, todos te querían cagar a trompadas? se morían por estar en tu lugar y te lo hacían saber". Ahí dijo "no puedo negarte que es linda"... Eso es insignificante para todos ustedes pero yo me lo guardé en lo más profundo.

Un rato después me mandó un mensaje de facebook.

Ulises April 5 at 2:09am Report
cuando pienses un poco, vas a notar que te confundiste en sacarme...
nos estabamos llevando re bien, y me eliminas de face? logico..
bye bye

Vilma April 5 at 2:17am
soy vueltera y también de flashear cosas a veces
nos estabamos llevando bien, sí, pero esa noche, aunq borracha
me di cuenta de q asi no me servía.










Me contestó con un OK con el que se río e hizo el interesante en la conversación con Malena. A mi me dio pena. Es evidente que si contestás "ok" querés que el otro vea lo malo que sos. Porque si en realidad te importa tan poco, ni siquiera te gastás en contestar.

Así quedó todo con Ulises. Lo tengo eliminado en facebook y en el msn; pero no desadmitido en éste último. Si quiere hablarme, me habla. Y ahí elijo hacerme la complicada. No sé bien por qué, pero tengo la sensación de que va a volver. No, no me extraña. Extraña saber que me tiene ahí.

Definitivamente nada me viene bien. Por un lado el que me busca, por otro el que me rechaza. Me molestan los dos y estorban un poco. Igual, qué lindo va a ser cuando la historia se haga respetar y la odisea la viva Odiseo, valga la odiada redundancia.

jueves, 1 de abril de 2010

Sentiste a los asuntos pendientes volver hasta volverte muy loco

¿Por qué todo es tan rebuscado? Okey. Yo lo pedí. Puedo releer la entrada anterior y casi reírme al ver que lo que antes pedía ahora lo rechazo brutalmente. O sea, quería que pasen cosas, quería acción, pero no este tipo de acción. No así. No sobre ésto.

Como todos quienes siguen este blog saben, me costó mucho decidir sobre todo el mambo con mis amigas. Estuve una eternidad pensando, sufriendo, llorando. A pesar de tanto hacerme el bocho y tanto analizar y reanalizar, las cosas se fueron dando naturalmente. Las Superflúas estaban tan enojadas que ni quisieron hablarnos, y las Pizzabirrayfaso me esperaron con los brazos abiertos. Hasta ayer a la noche yo ya tenía mi grupo, mis grupos. Porque nunca les conté, pero uno de los problemas con las Pizzabirrayfaso era el tema de que no compartíamos salidas. Y últimamente empecé a salir con amigos de la primaria y algunos de otros lugares con quienes rompemos el noventa y nueve por ciento de las noches. Somos como un rejunte. No cualquier rejunte, El Rejunte.

Entonces me encontraba en un equilibrio, un equilibrio del que me quejaba sin ser consciente de que era tan valioso. Voy a contar el suceso tan insignificante que no me deja respirar con normalidad y poder pensar en nada sin tener algo que me angustie.

Estaba bailando y dándome un par de besos lindos con Alejandro (sí, volví a verlo aunque en un clima de fiesta, cuando termine con ésto les cuento) y me llega un mensaje. Previamente me había llamado un número el cual no llegué a atender, lo llamé desde adentro del boliche, no entendí nada y le dije "mandame un mensaje". Un rato después me llega un mensaje de este mismo número. Decía exactamente: Gorda la que te llamaaba era yo, aldi. Te queria decir que te extraño un monton y que te amo. Quiero que hablemos, te amo. Aldi desde el cel de Valen. Desde ese entonces mi noche dio un vuelco.

Le contesté algo así como que yo también la quiero como siempre y que extraño todo eso. Pero lo que no le dije es que hay muchas cosas que no extraño. Que no extraño los planteos de mierda, las superficialidades, las pendejadas, los enojos innecesarios y pendejos. Estoy muy bien así, había logrado mi equilibrio. Pero ahora que veo ganas de su lado de que todo vuelva, ahora que me dice algo así tan lindo, ahora que sé que si las cosas siguen mal va a ser solamente por mí... No sé si puedo con tanto.

Con Aldi me fui de vacaciones este verano, con Aldi viví más noches que con nadie. Aldi es una persona muy desgastante, agotadora. Es histérica y caprichosa, quiere todo lo mejor siempre para ella. Pero aprendí a quererla. Como a aguantarla. Pasé muchos fines de semana en el country con Aldi. Muchos. Las noches ahí vividas, los sentimientos locos nocturnos que sólo se dan en ese country (lo juro), el amor increíble que ella me bancó con Martín y los llantos en los que le presté mi hombro por su chico, Manu. Esas vivencias pocos pueden entenderlas. Muy pocos.

Pero, aún así, no me imagino otra vez de su mano. Insisto con que estoy tan bien ahora que no veo razón por la que cambiar. Por ahí es otra de esas amistades que "fue lindo mientras fue", pero uno ve imposible que se vuelva a dar. Me duele. Pero todos cambiamos. En éste caso, yo. Ella siguió siendo la misma y yo me cansé de tolerar estar un escalón más abajo. Porque eso siempre pasa con Aldi. Sos menos, obedecés, sos subordinado. Y me cansé, tal vez crecí. O aprendí a hacerme valer. Que debe ser crecer.

Dado por teminado éste tema, que voy a dedicarme a hablarlo con mi mejor amigo, porque definitivamente los hombres son incondicionales y lo que hablás queda ahí, voy a contar de Ale. Lo vi anoche, sabía que él iba y al principio eso me fastidió. Pero al final si no hubiera sido por él no la hubiera pasado tan bien como la pasé. Hablamos bastante, nos reímos y el histeriqueo es el tercero en discordia. No paramos y eso lo hace muy divertido.

Es lindo que además de unos besos eternos también nos damos besitos de esos tiernos, lindos, esos que muchos se darían por amor. Me dice cosas lindas todo el tiempo y puede ser que un poco me asfixie. Nada me viene bien, no me lo digan, lo tengo claro. De todas maneras mientras estoy con él todo está perfecto. Nada me altera. Me susurra cosas hermosas al oído y mi problema es que no sé cómo responderlas, pero de todas maneras algo encuentro.

No para de decirme que ama mi sonrisa y mi simpatía, que soy hermosa, que está harto de las pibitas huecas y vacías y que en mí ve algo diferente. En persona me encanta que me diga todo eso, pero por chat me altera un poco, ya me aburre, se hace monótono. Y yo que encima para chamuyar soy lo peor que pisó la tierra, le contesto siempre lo mismo.

No quiero ya encontrarle el lado negativo. Es la segunda vez que nos vemos, aunque "por casualidad", la paso bien cuando estoy con él, y aunque me queje, es lindo sentirse linda, querida, buscada. Por más que Ale no entienda nada y me diga que me quiere, algo que me descoloca y pone de mal humor porque nos conocemos hace poco y nada.

Seguramente pedía amor y ahora está tocando mi puerta y me estoy quejando. Lo veo negativo, lo veo casi infernal y agobiante. Es que es así, pedís algo y lo tenés. Pero para negativo, para peor. Hola pesimismo. Igual estoy bien, quédense tranquilos.

lunes, 29 de marzo de 2010

Más por menos para mí es igual

Estoy muy aburrida de la monotonía. Aunque igual me divierto mucho, es raro. Tengo ganas de que pasen cosas locas; de que haya quilombos, de pelearme con personas, de discutir mucho con alguien y tener fijas mis convicciones, de realmente tenerle bronca a alguien, de poder decir me cae mal equis persona y llevarlo adelante y no de que todos me caigan bien y ponerles siempre mi mejor sonrisa.

Estos últimos días me vi bastante peleadora y me divertí, pero como siempre volví a la normalidad. Estaba como fuera de mis casillas, cuando algo me caía mal, contestaba mal y ponía mala cara en vez de sonreir y fumarme el maltrato del otro. Y la verdad me gustó. Pero todo concluye al fin.

Ayer discutí un montón con Papá porque él dice que quiere que haga algo de mi vida y yo insisto en que estoy bien así. Le dije que creo que él quiere que haga algo porque él de su vida no hizo nada y no quiere que termine como él (fui cruel, ahora puedo percatarme, pero no lo dije con crueldad) y me dijo que que puede ser. Lo dice con toda la tranquilidad del mundo como si fuera lo correcto y creo que es el peor error que puede cometer un padre.

También me dice que tengo que pensar en un futuro, y yo le contesto totalmente lo opuesto. Que ya tengo tiempo de ocuparme de lo que va a venir, que vivo mi adolescencia y ahora sólo quiero pensar en el hoy. Que no me interesa empezar un taller literario o hacer algún deporte, que ya cuando termine la secundaria haré la carrera correspondiente. Ahora simplemente quiero dedicarme a hacer lo que estoy haciendo: ser suficientemente responsable con el colegio, salir, dormir siesta, mirar televisión y series bizarras yanquis.

Además siento que me compara con mis hermanas. Siento que como Candela es realmente una triunfadora dentro del hockey y Ludmila es "tierna" dentro del hockey para su edad, yo soy la mancha negra. Que cuando alguien les pregunta que qué hago yo a él o a mamá se sienten hiper incómodos y no saben qué decir. A mí eso no me jode. No me jode contestar "nada". Pero estoy segura que a ellos sí.

Definitivamente diferimos en ideología. Él es de esos que se la pasa trabajando pensando en un mañana y olvidándose en que si se pasa la vida pensando en mañana absolutamente nunca va a disfrutar, porque mañana va a estar pensando en otro mañana. Yo planteo una posición opuesta en la que expreso que sólo quiero disfrutar el hoy. Sin embargo, a la hora de discutir con él, me muestro mucho más segura de lo que en realidad estoy. Pero que no tengo ganas de hacer nada extraescolar, definitivamente es así.

Obvio lloré y obvio me angustió mucho. Le discutía con una seguridad increíble pero era excesivamente bizarro e incoherente que hable con tanta seguridad y con lágrimas eternas en los ojos. A veces no entiendo cómo no le doy pena. Porque así como yo puedo ser hiriente, definitivamente él lo es conmigo, aunque sin querer, porque es mi papá y no dudo que quiere lo mejor para mí.

Por otro lado, Ulises. Ayer chateamos. Primero me pidió consejo con una piba. En realidad me dijo "está bárbara y no sé qué hacer", y me di cuenta de que me cansé de él y que cada día me gusta menos. Me tiene realmente podrida. Entonces me hice la amiga y le dije algunas estupideces típicas y después le dije que se olvide de que quiero estar con él porque ya fue, que me hable como amigos porque ya me cansé de buscarlo. A cualquier persona madura le parecería pendejo, a mí me parece pendejo y ni soy madura, pero como él es pendejo supongo que le shockeó un poco que se lo haya dicho y no le pareció una actitud inmadura de mi parte.

Lo mejor de todo es que de verdad perdió un papel tan importante en mi vida. Era cómico que alguien que conocía tan poco me desvele cuando quiero dormir. Eso va de la mano con mi ausencia de sentimientos, mi poco conocimiento de amor y todas esas cosas. Sin embargo lo viví lindo, me llenó cuando podría haber estado vacía y sin embargo me deja un chico más a la lista de "buscados". Porque por más que ya no lo persiga, estoy segura que voy a tener mi posibilidad con él y no voy a desperdiciarla.

Por último, el sábado a la noche fui a bailar y conocí un chico que en realidad ya conocía pero nos habíamos peleado muchísimo en un pasado, Ale. Me gusta sólo físicamente y me falta esa atracción, pero la verdad que es muy, muy lindo y encima vive cerca de casa. Me invitó a salir y, extrañamente sabiendo cómo soy, le dije que sí. Así que esta semana seguramente salgamos. Me da un poco de nervios, pero nada insoportable, porque ya estuvimos juntos y la mejor onda, pude ser yo sin problema.

Lo que me gusta de él es que más allá de elogiarme físicamente y no dejar de hacer los chamuyos típicos me dice que soy muy simpática y que le encanta, que le encanta como soy. Y sé que también ese es uno de esos chamuyos pero yo conozco las típicas chicas con las que él está. Esas limitaditas mentalmente que lo único que pueden pensar es en la ropa que van a ponerse mañana o en el color con el que se quieren pintar los ojos de ahora en más. No soy Einstein ni Galeano pero gracias a Dios estoy lejos de eso.

domingo, 21 de marzo de 2010

Figuritas repetidas y figuritas imposibles

Todo está bastante bien, aunque aburrido. Me suena a que así va a seguir por un tiempo y me pone de mal humor. Ayer a la noche fui al teatro con Jazmín, Ceci y Cami. La obra estuvo buena, y después las acompañé a la parada que se iban todas a lo de Ceci. Me recriminaron que no fui, miles de veces, y temo que después me hayan criticado por eso. Aunque pienso un poco y me doy cuenta de que eso pasaba con las Superflúas, que las Pizzabirrayfaso son diferentes.

En ese rato desde que salimos del teatro y fuimos a su parada la pasé bárbaro. Me gusta mucho hablar con ellas, me gusta cómo son. A Ceci ya la conozco muchísimo, y a Cami y Jaz las estoy conociendo cada vez más internamente. Creo que me quieren y ya me van haciendo sentir parte de todo eso. Antes de ir para el teatro Ceci me dijo "dale, quedate a dormir en casa, que nunca estamos las cinco" (porque iba a ir Marina también). Me impresionó un poco. Hace un par de meses decir "las cinco" hubiera hecho referencia a las Superflúas.

Sin embargo, no fui a lo de Ce. Fui a una fiesta que al final no entré, después me fui con otras personas y terminé entrando sola a una fiesta acá a una cuadra de casa. Pasé caminando, me gritaron del balcón, yo estaba más deprimida que ateo en navidad, llegué hasta la puerta de casa, pensé que tenía ganas de ir, pero mamá y papá habían salido a llevar a Candela al aeropuerto. Entonces me di cuenta que no podía arriesgarme. Pero me dije: si están los tres autos, voy. Uno, dos... ¿Es ese? Sí. Listo. Pegué media vuelta y fui.

No fue nada en particular, tenían todos alrededor de veinticinco años y yo tengo quince, no me reten, seguramente no tengo que hacer ese tipo de cosas, pero nunca en la vida hubo una fiesta a una cuadra de casa, y no es que vivo en Palermo que eso se da todos los días. Estuve un rato y me fui. Mi noche había tomado otro tipo de color. Porque hasta ese momento era aburrida y todo había salido mal, y ni siquiera es de esas noches que viviste cosas graciosas aunque fastidiosas y negativas. Entonces ahora me quedó el recuerdo de algo turbio y gracioso. Soy una inconsciente, hola, sí, mucho gusto. Pero bueno.

Estoy muy aburrida y siento que mis días ahora se van a caracterizar por eso. Estuve estudiando, ya no aguanto más, estudié tres páginas de una guía de historia, y aunque lo tengo hiper entendido, no creo tenerlo memorizado. Seguiré estudiando mañana.

Por otro lado, hoy fuimos a un criadero de perros con papá, mamá y Ludmila. Teníamos una perra, la que tuve toda mi vida, y se murió en diciembre, así que desde ahí que estábamos pensando en tener otro. Ya señamos, falta que tenga los 45 días de vida y se viene para casa. Eso me tiene bastante bien. Es un cambio necesario, una renovación de vibra en casa. Aunque me va a estresar un poco el hecho de educarlo y eso, supongo que será una nueva fuente de cariño.

Esta entrada está llena de temas inconclusos pero quiero contar otra cosa más. Me di cuenta que estoy angustiadísima y que necesito amor. Así, muy a lo all you need is love, estoy segura que es así. Si prefiero salir antes que estar en una casa con amigas no es por nada más que porque estoy buscando un chico. Pero no un chape, no es eso lo que me importa, eso no me llena. Estoy buscando que me quieran y aprender a querer. Que me enseñen, que me cuiden, que me traten como merezco.

Dicen que esas cosas cuando menos las buscás es cuando aparecen. Pero no puedo evitar tratar de buscar situaciones raras. Por ejemplo, en esa fiesta, yo soñaba flechar amor. O caminando sola por la calle, o en el colectivo, o en los momentos menos esperados. Necesito poder poner una canción de amor y llorar un poco. A veces esa necesidad es tan intensa que me pongo a pensar en Ulises, ese gil que lo conozco hace tan poco y me miento cuando me digo que lo quiero y que va más allá que una histeria. Cuando lo elimino como posibilidad, me doy cuenta de que no puedo, porque no tengo en quién pensar, no tengo a quién extrañar. Estoy deprimida y angustiada. Nadie me entiende y tampoco pretendo que lo hagan.

Sean felices, amen, aprovechen cuando las emociones coinciden, muchos nos gustaría poder estar en su lugar. Ok, ahí vienen con la típica "relajate, tenés quince años". Bueno, tengo quince años pero necesito amor! ¿Hay alguna edad estipulada para necesitarlo? Igual es todo mi culpa. O de mi inconsciente que en el fondo quiere estar solo. Porque apenas ese que tanto me gusta me da bola, después de ese beso, esa emoción que me tiene loca tiende a desaparecer. Estoy esperando la excepción que confirme la regla.