jueves, 22 de abril de 2010

Si solteros a los 30, nos casamos

A Gabriel lo conocí cuando tenía cinco años. El recuerdo más vivo que tengo es el del primer día de preescolar. Él no hablaba, venía de Francia. Pero sabía castellano, había vivido sólo un año allá. Simplemente no se animaba. Lo acorralé atrás de una mesita de esas para cuatro personas bien bajitas que hay en el jardín y le dije: si no me decís tu apellido no te dejo salir. Purria Rey, me contestó nervioso. Punto para Vilma.

Los años en ese colegio al que tanto le debo, fueron pasando. Terminamos el jardín, años y años de primaria. Yo era de esas chicas lindas de la cual todos estaban enamorados. No es por creerme mil, era una nena, pero así lo recuerdo. O sea, nunca nadie me lo decía, inclusive, como son los nenes, todos me trataban mal y yo sufría mucho. Pero años después me lo confesaron. Gabi fue uno de esos.

En cuarto y quinto grado estuvo muy enganchado conmigo. Tan enganchado como se puede estar a esa edad. Que sentís que el corazón te late fuerte, que podés llegar a sentirte muy atraído por alguien y todavía crees que existe el amor puro y la felicidad completa. Creo que es la mejor edad para creer estar enamorado.

A mí, en cambio, me gustaba alguno de los malos de la clase. Gabi era simplemente alguien que me era indiferente, a mí me gustaba Nicolás. El peor, el más malo de todos, el más peleador, el que peor se portaba en las clases. Siguieron pasando los años.

En sexto grado las cosas cambiaron. Los chicos empezaron a sentirse atraídos por las chicas que tenían tetas y yo, la verdad, dejaba que desear. Hasta segundo año que algo extraño pasó en mi cuerpo. Pero eso no viene al tema.

De repente nadie estaba interesando en mí. Y a mí me gustaba uno un año mayor, que ni siquiera me miraba, que me dio un cinco en uno de esos jueguitos crueles en los que le ponías puntaje a la persona que te decían. Quien iba a decir que ahora es un gil que me habla por msn y no dudo en poner esc.

En séptimo grado me enamoré de Gabriel. Le escribí cartas, miles de cartas, lloré por él, escuché canciones y me hicieron sufrir mucho. Obvio, no me enamoré. No conozco el amor. Pero en ese momento estaba segura de estarlo. Sin embargo, ahí él ya se había subido al caballo. Era de los más buscados a pesar de que nunca tuvo belleza física, mis amigas de ese entonces se le tiraban encima todo el tiempo aún sabiendo que me gustaba. Y Vilma todavía no sabía hacerse valer (...ahora sabe?).

Gabriel me trataba muy mal, y además era muy influenciado por Nicolás, el malo de la historia, su mejor amigo. Yo nunca tuve duda de dos cosas: primero, Gabriel nunca hubiera sido así si no hubiera sido por la influencia de Nico. Que ahora es un divino y cuando salimos los de la primaria me sorprende verlo tan maduro. Y, la otra cosa de la que estuve muy segura: Nico me trataba pésimo y hacía que Gabi también lo haga porque él estaba enganchado conmigo desde cuarto grado. Que me gustaba también en cuarto grado. Esas cosas de niños... (¿algo pendiente?)

Un día, en la casa de otro amigo que no voy a nombrar para no enquilombar con los nombres, que Nico no estaba, Gabi me dio un beso. "Tranzamos". Eso fue para el vocabulario de la época. Fue increíble, o sea... Nada romántico a pesar de que fue a la noche en una terraza. Acabábamos de comer papas fritas, mi amigo el dueño de casa nos cortó el beso a los cuarenta segundos porque en eso habíamos quedado y etc.

Cuando volvimos al departamento Gabi llamó a Nico para contarle y al otro día, en el colegio, hicieron los dos comentarios burlándome y además para hacerme poner mal. Antes de esto Ceci se había tranzado a Gabi. A ella le gustaba también. Otra de esas cosas que pasan en la primaria... A todas les gusta el mismo al mismo tiempo. No importa, no viene mucho al caso.

El tiempo siguió pasando. Terminamos la primaria, él me siguió tratando muy mal, y lamentablemente, o no, porque no imagino la vida de otra manera, mi primaria no tenía secundaria. Todos nos separamos. Pero Ceci, Mari y Gabi fuimos a la misma secundaria. A la que voy hoy.

En primer año nuestra relación fue neutra. Creo que no hablábamos. Pero no me volvió a tratar nunca más mal. Tal vez por madurar, tal vez porque Nico ya no estaba o tal vez porque simplemente no daba entrar en un ambiente nuevo y tratar mal a otra persona.

En segundo año nuestra relación fue bastante mejor y en tercero nos hicimos mejores amigos. Con todas las letras. La confianza daba casi asco, la verdad que no soy muy femenina y nunca me cuestioné tirarme un eructo adelante de él o preguntarle si necesitaba depilarme para ver a x chico.

Se convirtió en alguien esencial para mí, a pesar de cosas que me joden, como de toda persona. Sin embargo hace un tiempo que estábamos distanciados. Carpeabamos todo hasta que por una pelea muy pelotuda, nos peleamos mucho y empezamos a hablar, lamentablemente por msn. Nos peleamos hasta la muerte por una boludez, y cuando nos dimos cuenta que eso excedía esa cuestión que había originado la pelea e iba más allá, empezamos a hablar de eso. Las cuestiones que se nombran no voy a explicarlas para no aburrirlos, pero transcribo para que entiendan del desinterés que vi en él. Ésto pasó después de unos días sin hablarnos.

Vilma dice: che, Gabi, cómo es la cosa? Ésto va a quedar así para siempre?
Gabi dice: no sé, así van yendo las cosas
Vilma dice: a qué te referís?
Gabi dice: no sé, que si están así por algo será. Tal vez sea mejor así.
Vilma dice: no puedo creer lo que me decís. Lágrimas de mi lado del monitor.
Gabi dice: por qué?
Vilma dice: porque, Gabi, soy Vilma, vos sos Gabi... Vilma soy! Mi mejor amigo hasta hace tan poco tiempo.
Gabi dice: ya sé, pero todo esto viene en picada hace mucho y no me lo bancaba más. No sé, no quiero apurar para que todo vuelva como antes.
Vilma dice: qué no te bancabas? qué tanto te molestaba?
Gabi dice: la relación.
Vilma dice: qué te molestaba tanto de la relación?
Gabi dice: no sé, ya lo habíamos hablado ésto.
Vilma dice: no lo puedo creer.
Gabi dice: ...
Vilma dice: Gabi, yo te quiero. Sé que vos me querés también. No sé qué tanta vuelta hay.
Gabi dice: sí te quiero, pero en este momento no sé si tengo ganas. Siempre igual y la verdad, ya me harté. Perdón.

Nunca pensé que iba a llorar de vuelta por Gabi, nunca me di cuenta que me iba a angustiar tanto. No crean que confundí las cosas, sentía que perdía un amigo, nada más. La cuestión es que me decidí a, cara a cara, ir a hablarle.

Al día siguiente, o sea hoy, en el recreo de las nueve y media, le dije: hablamos?. Gabi es hombre de pocas palabras, pero de todas maneras alguna tenía que soltar. La situación era la siguiente. Algo así como la conversación de msn. Yo haciéndole preguntas y él contestando "no sé". A veces largaba alguna frase. A todo ésto, miraba el piso o sus medialunas. Y yo, sentada al lado de él pero de frente, lo miraba a la cara.

Mientras hablaba, mientras le decía que no podía tolerar que las cosas se esfumen así, que nos conocíamos hace demasiado como para dejar que todo muriera y otras etcéteras, él seguía mirando el piso. Y en un momento ya no me pude contener. Empecé con lágrimas tímidas. Después era una atrás de otra. Sin embargo tengo la capacidad de que la voz no me tiemble, o me tiemble muy poco. Tal vez por eso no quería mirarme a la cara. No podía con esa culpa.

No sé bien cómo llegamos a eso, pero después de decirme que "le daba lo mismo" y yo angustiarme el triple diciéndole "¿cómo puede ser que te de lo mismo?", me dijo que probemos. Que a él no le servía si era como éste último tiempo que teníamos una amistad mediocre. Que quería de vuelta como cuando éramos MEJORES AMIGOS con todas las letras. Entonces le dije que si de verdad quería eso, yo estaba muy contenta, pero que no lo diga por obligación. Se quedó callado y después, cuando repregunté, me dijo que sí, que probemos.

Lo miré, y no hizo nada, porque él es así. Entonces lo abracé. Y me abrazó. Y lloré en su hombro y fue el abrazo más lindo de mi vida.